sábado, diciembre 10, 2005

Los trenes infinitos





Antes los observarás.
Desprecia la forma circular
donde sus vagones son la gota de lluvia del hierro.
Desprecia las ruedas que afilan su gesta en el umbral del día,
desprecia su sombra dentro de tus ojos.
Miras las vías y hablas sobre el océano quedo
que destruyendo tu recinto ha señalado la distancia.

Sólo para mostrarte que los has visto,
que tiemblan ante la humedad negra de Nueva Inglaterra,
que no hay nadie,
y que aquella isla maneja su incertidumbre,
reafirmada en otro sol,
en otro libro.

Aquí están los trenes infinitos,
imaginan la aparición del trueno en los grises pájaros del sur,
abrazan tu barca encallada en la costa
contemplan la cabeza de un hombre como tintero de su libertad.

Pero no intentes atraparlos
porque no son los caballos perdidos de algún emperador
ni trapo del tiempo fundacional.
Ya están escritos,
estaban señalados por una linea.

Todo es negro,
abundante humo.
Perfilas su carga de carbón en lontananza,
los trenes infinitos:
tu imagen de la noche en las entrañas de la tierra.

A Silvina Ocampo como homenaje a su poema LOS CABALLOS INFINITOS

del poemario Alejandría

No hay comentarios.: